¿Otro aplauso?…

Estoy segura de que lo pensaste en aquella primera vez. Es una de las actitudes sorprendentes  de los socios de Toastmasters. Siempre te aplauden, incluso, aunque no lo hayas hecho demasiado bien. Estamos acostumbrados a la crítica y no a la alabanza. Todo ello es fruto de esta  sociedad tan competitiva en la que vivimos, donde siempre se te está evaluando sobre lo que haces mal.

En una sesión de Toastmasters, te aplauden porque es una forma de decirte: ” enhorabuena, te has atrevido a vencer el miedo, a salir a la escena”. Consigues ese aplauso cuando lo haces bien o aunque  hayas balbuceado cuatro párrafos mal enlazados en tu primera intervención.

¡Pero… claro! Si regresas a tu sitio en medio de una obación…¿ a quién no le alimenta su ego una lluvía de aplausos? Sin duda, también hacen  que te sientas motivado. Son como una pequeña palmadita en la espalda que te impulsa a intentarlo otra vez.

Lo segundo que te sorprende, es cómo esa persona ha sido capaz de improvisar un discurso con la propuesta más extravagante que se le haya ocurrido al director de los discursos improvisados.

Es en ese momento, es cuando crees que tú nunca podrás hacer algo semejante. Tampoco entiendes ¡cómo hay tanta gente que lo hace todo bien!

¿Es que aquí nadie se pone nervioso?, ¿por qué no le tiemblan las manos o la voz a ninguno?

Enseguida te fijas en alguien  de quien quieres aprender y empieza tu descubrimiento. Porque, te lo diré muy claro: en este comienzo del viaje no eres consciente ni de tu talento ni de tu potencial.

El tercer aspecto importante, y que descubres pronto, es que no hay un único modelo.

Cada persona es genuína, por lo que no debes copiar a nadie por mucho que te haya gustado. Descubre tu esencia, tu personalidad y explota al máximo tus cualidades. Por supuesto, si quieres mejorar, escucha los diferentes consejos  y lima tus deficiencias.

Aquel primer día, descubrí que quería comprarme el billete y empezar a conocer a los pasajeros del trayecto. Pasajeros que, como en todos los viajes, algunos van contigo hasta el final  y otros se apean  por el camino.